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Viviendo en un ferry de cien años en New York


Anclado en un muelle del rió Hudson de New York, en lo que fue la entrada para mas de 16.000.000 millones de inmigrantes, la mayoría provenientes de Europa. El Ellis Island Ferry simboliza la historia de un país y su construcción así como su futuro.

Construido hace mas de cien años, su actual función nada tiene que ver con el propósito para que inicialmente fue concebido. Votado en Portland su cometido era transportar pasajeros, actividad civil que fue delegada debido a que en la primera guerra mundial sirvió como buque de guerra. Etapa que supuso salir casi indemne por lo que incorporo a la flota de naves en la que finalizaban su viaje la decenas de miles de inmigrantes que huían debido a la inestabilidad en el viejo continente.

Tras cesar su servicio y permanecer una larga temporada en el dique este viejo ferry fue adquirido por una acaudalada familia. Que tras reformarlo lo convirtieron en su oasis particular, con el que han estado en diferentes puntos de la bahía, hasta su emplazamiento definitivo en la Ellis Island, donde su presencia es como una cápsula del tiempo donde se puede asistir algunas de las efemerides a partir de lo que constituyo la cultura de un país.

Sus actuales propietarios una excentrica pareja de artísticas locales compuesta Victoria y Richard MacKenzie, han dedicado sus treinta metros de eslora a crear un espacio donde desarrollar actividades artísticas. Siendo un laboratorio de ideas a la vez que un museo donde la numerosa comunidad de artistas de lo que se nutre, puede mostrar su obra al publico en general. 

Habiendo destinado el muelle aledaño como huerto urbano donde mediante maceteros fabricados con neumáticos reciclados se cultivan diferentes especies de hortalizas. con las que cocinan platos vegetarianos, sirviéndolos a sus socios. En consonancia con el espíritu de reciclaje y la conservación, la pareja ha integrado la mayoría de los rasgos característicos de la nave en sus vidas cotidianas.


Adeyemi - Makoko Floating School


Makoko es una extensión compuesta por miles de viviendas flotantes habitadas por 250.000 personas. Dispuestas de forma anárquica, esta comunidad que forma parte administrativamente de la capital de Nigeria.

Debido a sus caracteristicas especificas, presenta enormes carencias de servicios tan esenciales como alcantarillado o alumbrado, a los que hay que sumar la falta de equipamientos de índole sanitario, cultural educativo. Con los que atender las necesidades de sus vecinos, por lo que se produce una fractura social en relación con el resto de los residentes de Lagos.

Seleccionado como proyecto para la próxima edición de Design of Year organizado por Design Museum. El proyecto Makoko Floating School, supone la materialización de la visión que tuvo su creador, el arquitecto Adeyemi cuando visito por primera la colonia flotante.

Adoptando la tipología arquitectónica que predomina localmente. Makoko Floating School se presenta como una estructura móvil con capacidad modular y autonomía energética. Distribuida en tres alturas el edificio se sustenta sobre una base compuesta por bidones, lo que le permite desplazarse a diferentes puntos de la comunidad.

Construida con madera local, el edificio permanece abierto por los cuatro costado teniendo un embarcadero por el que se accede. Equipada con una instalación fotovoltaica, la escuela esta diseñada para que puede eludir las consecuencias de las periódicas inundaciones que se producen y que ocasionan grandes daños, obligando a sus dueños a reconstruir sus frágiles viviendas. Cuenta con un sistema de recogida de aguas pluviales

Finalizada en 2.013, la escuela de Makoko que tiene capacidad para atender a una comunidad de escolar de hasta 100 niños. Pretende convertirse en un modelo a partir del que planificar urbanisticamente en los numerosos puntos de la costa, donde existen asentamientos similares.


Pride of Buffalo, casa geodésica flotante en homenaje a la inmigración


La ciudad de Buffalo en los Estados Unidos creció a partir de asentamientos chabolistas surgidos a ambos lados de la corriente fluvial que da nombre a la ciudad. Y que debido a las características de su caudal fue elegido por un grupo de colonos en su camino hacia el oeste.

Un siglo después en los albores del siglo XX, la ciudad se asentó urbanisticamente eliminando todo antecedente de su rudimentario comienzo. Ya entrados en el siglo XXI iniciativas como la de Pride of Buffalo pretende habitar de nuevo el rió.

Diseñada por un eremita local llamado Michael Weekes, su propuesta es un homenaje aquellos primeros pobladores inmigrantes de origen irlandés en su mayoría. Con un presupuesto que asciende a poco mas de dos mil dolares ha diseñado y construido una casa geodésica flotante, que combina lo sofisticado de su forma y su capacidad de adaptación al medio acuático.


Su cúpula se estructura a partir de un esqueleto compuesto por tablones de madera, cuya base una tarima hecha cono lamina también de madera, se apoya sobre veintiséis bidones de plástico de gran capacidad, que facilita la estabilidad de la unidad, suportando un peso de hasta 2.200 kilos en cubierta


De una sola planta su superficie puede variar desde entre los ocho y los doce de ancho, por un largo de entre doce y treinta y dos metros. Asentada sobre una plataforma fijada a un marco de madera contrachapada. 


En el corazón de la cabina geodésica dos amortiguadores y ejes de contrachapado, unidas por tornillos evitan que el volumen se escore en exceso debido a las corrientes. Para diseñar su casa flotante Michael se inspiro en los diseños del siempre controvertido y polifacetico Buckminster Fuller. Con capacidad para que puedan vivir hasta cuatro personas, Buffalo Pride pretende ser parte de un proyecto mas ambicioso, en un modelo a partir del que repoblar los canales que confluye en en rió.