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Living Light, iluminando el mundo desde la raíz


A estas alturas ya esta suficiente bien documentado el potencial que poseen las plantas, como vector energético a partir del que obtener energía limpia de origen renovable, causando el mínimo impacto al medio ambiente.

Principalmentes los dispositivos que se han desarrollado hasta ahora han sido productos basados en el principio de fotosintesis. Mecanismo o ciclo metabolico por el que las diferentes especies que conforman el reino vegetal consiguen sus nutrientes para cubrir sus necesidades de energía.

Esto lo consiguen a partir de tres fuentes; el CO2 que se acumula en la atmósfera producto de diferentes procesos como el de la combustion de hidrocarburos, el hidrógeno del Sol y el agua a partir de cuya degradacion mediante reaccciones de oxidacion y reducción descomponen una molécula de HO2, devolviendo el oxigeno generosamente al entorno.


LUZ A PARTIR DE LAS BACTERIAS DE LA TIERRA

Pero a esta prometedora vía de producción de energía equitativa con el medio ambiente, ahora hay que sumar una una nueva forma conocida como rizodeposición, termino relativamente reciente y que sirve para describir aquellos mecanismos por los que la tierra se enriquece con nutrientes principalmente gases de deshecho como el CO2 de los que obtiene el carbono.

Y cuyo principio ha sido utilizado por la startup holandesa Living Light para desarrollar un dispositivo electronico o hoja artificial a traves de la que obtener una fuente de iluminación barata, y la cual requiere de un mantenimiento y de un despliegue de medios mínimo a traves de los que obtener diferentes cantidades de energía en función de las características organicas del terreno.

Fundada por la diseñadora Ermi Van Oers su primer prototipo bautizado con el nombre de Plant Microbial Fuel es producto del trabajo realizado por el desarrollador y experto en ingenieria electrónica Marco Van Noord y el programador de software informático interactivo Nick de Ronde.
  

LIVING LIGHT PLANTAS PARA ILUMINAR LA VIDA
  
Aplicando el principio de nutrir la tierra y los millones de micro-organismos que la habitan PMF captura los electrones liberados a través de un anodo producto de la degradacion del carbono efectuada por el sustrato bacteriano, esta energia es transmitida a un catodo pudiéndose almacenar en una batería o destinarse para su uso in-situ.

El producto que finalizo su fase de producción a comienzos de este año ha pasado ha comercializarse bajo diferentes modelos, cuyas características obedecen a un diseño digitalizado de facil uso por parte del consumidor final.  

Living Light mimetiza los patrones observados en la naturaleza teniendo como principal objetivo fotralecer los vinculos de su función con la fuente que le proporciona su energía según Ermi, una joven emprendedora que tras finalizar su formación recibiendo el titulo en diseñador de productor por la prestigiosa Willem de Kooning Academy de Rotterdam en 2016, decide enfocar su carrera a crear productos funcionales a la vez que sostenibles con su entorno.

Y ya de paso que faciliten la vida de aquellos que los disfrutan, por esa razón aunque en Living Light se marcaron el proposito de crear diseños cotidianos a los que pueda acceder cualquier tipo de consumidor. Esta primera solución lumínica esta destinada principalmente al ámbito publico donde estamos convencidos que debido a su fácil instalación podria sustituir a las redes de soportes de iluminacion artificial.

Mobiliario cuyo rendimiento energetico y contaminacion luminica pese a todas las innovaciones y mejoras que han experimentado como la implatacion masiva de diodos LED o su gestion domotizada, supone que las diferentes administraciones implicadas en su gestion, tengan que destinar varias partidas presupuestarias para su instalaccion y mantenimiento incrementando su coste. 

Plant Microbial Fuel es una solución lumínica de origen bio-tecnologico que emplea recursos organicos fruto de la fotosintesis, y cuyo objetivo es colaborar para afrontar el mayor desafio al que se ha enfrentado la humanidad en terminos medio-ambientales, el cambio climatico y sus concuencias.

Ecologic Estudio - The Urban Algas Canopy. la producción de osigeno a la carta está aqui


Las algas poseen múltiples beneficios desde el punto de vista medio ambiental. Capturan enormes cantidades de CO2, que transforman en oxigeno que acaba liberando en la atmósfera cumpliendo un ciclo de forma eficiente.

Esta propiedad regenerativa de poder implantarse como mobiliario en el espacio publico en las grandes ciudades. Seria el catalizador perfecto por el que metabolizar los excedentes de dióxido de carbono que se producen. Reduciendo los índices de contaminación y los perjuicios que impactan directamente sobre la salud de cientos de millones de ciudadanos en todo el mundo.

Tras seis años de estudios el proyecto interdesciplinar The Urban Algas Canopy, liderado por el estudio Ecologic Estudio, ha desarrollado un prototipo que a partir de la incorporación de soluciones basadas en estructuras biotecnologicas. Actúa sobre el medio ambiente y sus elementos contaminantes, purificando la atmósfera aplicando métodos naturales.

Presentado como proyecto para la próxima edición de la Expo Milano 2015. Su consecución es fruto de la colaboración del estudio de Carlo Ratti y la participación de Taiyo Europa. Se trata de una pieza de arquitectura bio-digital que combina  micro-algas y protocolos de cultivo digitales en tiempo real. 

Siendo capaz de controlar el flujo de energía, agua y CO2 basandose en patrones climáticos, la presencia y movimientos de los usuarios, y otras variables ambientales. The Urban Algas Canopy representa el esfuerzo por superar la segregación entre la tecnología y la naturaleza, alcanzando una comprensión sistémica de la arquitectura. En este prototipo los límites entre el material, las dimensiones espaciales y tecnológicos se han articulado cuidadosamente para lograr la eficiencia, la resistencia y la belleza.


Desarrollan células solares orgánicas y reciclables


Las células solares se han convertido la manera más respetuosa con el medio ambiente para el aprovechamiento de energía y generar electricidad sin emisiones. Sin embargo, la fabricación de placas solares representan la paradoja de ser bastante anti-ecológica suponiendo un excesivo consumo de recursos hidráulicos y materias primas. 

Dirigido por el doctor en ingeniería Bernard Kippelen un equipo de   investigadores que trabajan actualmente en el Centro de Fotónica y Electrónica Orgánica en Georgia Tech en colaboración con la Universidad de Purdue afirman haber desarrollado células solares a partir de materiales vegetales.

En la actualidad el tratamiento de los residuos que producen la sustitución de las placas solares obsoletas por otras mas eficientes y avanzadas tecnologicamente, supone un desproporcionado impacto ecológico debido a que los materiales con los que están fabricados los componentes de las placas solares son muy dificiles de reciclar.

Utilizando los mismos sustratos orgánicos básicos que usan las plantas para el proceso químico que facilita la fotosíntesis, las nuevas células solares orgánicas convierten alrededor de 2,7% de la energía solar que reciben en electricidad. El número es bastante impresionante si tenemos en cuenta que se tratan de materiales químicamente orgánicos.

Una estructura fácilmente biodegradable llamada nanocristales de celulosa se utiliza para montar estos sustratos orgánicos que permiten que las células solares puedan ser recicladas usando nada más que agua caliente en su tratamiento. El equipo de investigación conjunta ha creado así una forma más respetuosa del medio ambiente para crear y reciclar la tecnología que se utiliza para proporcionar energía verde.

El equipo ahora está trabajando en tratar de obtener estos sustratos orgánicos para convertir la energía solar de manera más eficiente y, llegando a los dos dígitos de eficiencia de conversión energética en un plazo razonable. El grupo planea lograrlo mediante la optimización de las propiedades ópticas del electrodo, recubriendo estas células con una capa delgada con el propósito de proteger las células contra el agua y el oxígeno al que están expuestas.

Latro, una lampara que produce luz a partir de la fotosintesis de las algas


Las algas son considerada una fuente futura de combustible, debido a su alta concentración de lípidos. Por los que los científicos lo han estudiado como una alternativa a los combustibles fosiles, que durante décadas ha sido el ingrediente clave en la producción de biodiesel. 

Sin embargo presenta un problema, casi tres cuartas partes de la luz del sol energía absorbida por las algas se pierde antes de convertirse en los azúcares o almidones utilizados para producir biocarburantes. 

En 2010, los científicos de la Universidad de Yonsei y la Universidad de Stanford fueron pioneros  en el desarrollo de una técnica que mediante la actividad de electrones en las células de las algas individuales. La fotosíntesis excitan los electrones, los cuales pueden ser convertidos en una corriente eléctrica utilizando un nanoelectrodo de oro especialmente diseñado. 

Inspirado por este estudio el diseñador Miki Thompson ha ideado la lampara Latro (del latín ladrón) que incorpora el potencial de la energía natural de las algas y la funcionalidad de una lámpara. 

Las algas son muy fáciles de cultivar, requiriendo únicamente la luz solar, dióxido de carbono CO2 y agua, ofreciendo una forma muy sencilla de producir energía. La energía producida se almacena en una batería que es emitida por un diodo LED situado en la base, mientras que un sensor controla la intensidad de la luz. 

La respiración proporciona a las algas el CO2, mientras que el agua libera oxígeno. La colocación de la lámpara a la luz del día,  permite a las algas utilizar la luz solar para sintetizar los alimentos a partir de CO2 y el agua.