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Las Cuevas de Valporquero, un tesoro geológico para amantes de la aventura


Aunque están abiertas al publico desde 1.966, no es hasta la primera década del Siglo XXI cuando se concreta un proyecto económico turístico por el que el conjunto que conforman las Cuevas de Valporquero se pone definitivamente en valor. 

Además de los numerosos atractivos naturales que posee para los turistas en general y los viajeros en particular que se acercan a visitarlas, se oferta una amplia gama de servicios y actividades. Que abarcan una diversidad de propuestas, la mayoría relacionadas con el patrimonio natural de la zona donde está emplazada la cueva.


Diferentes modalidades que se ofrecen al visitante para recorrer los casi tres kilómetros de grutas que hasta ahora se pueden explorar, así como las numerosas rutas senderistas que ofrece un enclave natural como el compuesto por el de las Hoces de Vegacervera y la Reserva Natural de los Arguellos.

O su espectacular hayedo situado en la cara Norte, en el lado opuesto de la montaña en el que se encuentra la cueva propiamente dicha, y que actúa como filtro hídrico natural a través del que el arroyo subterráneo de Valporquero. Que nutre su caudal en la época de lluvias y cuyo afluente en su parte exterior sirvió como guía para que un grupo de espeleólogos.


DESCUBIERTA POR EXPEOLOGOS DE FORMA CASUAL LA CUEVA ES UNA JOYA DE LA GEOLOGIA

Dirigidos por los espeologos Fernando Alonso Buron y José Eguiagarai, descubrieron su entrada principal que esta situada a poco mas de 1.300 metros de altitud. Una enorme bóveda que parcialmente camuflada en un valle se descubre tras haber completado el recorrido de un túnel conocido como la Boca de la Cueva, descripción dada por su grandes dimensiones y forma característica.

Al que paralelamente corre el curso del Rió que nos guía hacia el interior de esta maravilla de la arquitectura geológica, producto de la erosión realizada por el agua sobre la roca caliza desde el pleistoceno de la era cuartenaría hasta nuestro días. Proceso que ha modelado uno de las cuevas mas espectaculares de la Península Ibérica.

Así como se puede considerar responsable de la formación de lo que a día de hoy se conoce como la Sierra Leonesa primeras estribaciones de los Picos de Europa en pleno corazón de la cordillera Cantábrica, y que caracteriza el paisaje de la mayor parte del Norte de España.


PEQUEÑAS MARAVILLAS Y SUS HABITANTES OCULTOS

Ya en el interior de la cueva el visitante tiene a su disposición diferentes itinerarios dependiendo del fondo físico que presente. En el primero podrá recorrer las nueve salas principales, que perfectamente acondicionadas e iluminadas se completan en un agradable paseo, que dura alrededor de una hora, y donde el visitarse podrá ver salas.

Como la llamada Pequeñas Maravillas donde el buen observador a poco que agudice su vista podrá identificar, los contornos de figuras como La Torre de Pisa, Las Gemelas o La Virgen de Niño.

Personajes que pueblan el interior de sus cavidades y que han crecido formando parte de su identidad, siendo la antesala de La Gran Rotonda. Una enorme cavidad de mas de 100.000 metros cúbicos de vació subterráneo y casi veinte metros de altura donde se podrá contemplar La Gran Cascada Blanca formada por una enorme colada o la figura conocida como El Fantasma.

Tanto en la Sala de las Hadas, espectacular en la época de lluvias como en la gruta del Cementerio Estalactitico, donde se concentra la mayor cantidad de estalactitas y estalagmitas de la cueva. Que en muchos casos crecen de forma simétrica formando autenticas columnas. 
El visitante habrá cubierto la mitad del trayecto que se iniciara de nuevo tras culminar  los 200 metros de recorrido que comprende La Gran Vía.

DEL CURSO DE AGUAS AL NIVEL INFERIOR

Y que desemboca en el tramo final de la visita compuesto por El Curso de Aguas, tramo paralelo al rió subterráneo que exige pericia y atención por parte del visitante y las dos ultimas etapas del recorrido que se conocen como La Columna Solitaria y Maravillas. Colofón donde se podrán contemplar una sucesión casi infinita de caprichosas formas cuyos principales componentes son el dióxido de hierro, el magnesio y la calcita. 


Las Cuevas  de Valporquero situadas a una distancia de 45 kilómetros de León, representan un excelente punto de inicio para todo aquel que desee conocer los muchos alicientes, tanto naturales como geológicos que ofrece el turismo subterráneo y su cultura. Un mundo prácticamente desconocido a través del que se pueden conocer como evoluciono el planeta Tierra.


Y que se despliegan deslumbrando al visitante con un abanico de colores que oscila desde los ocres y rojizos a los tonos mas claros, y que han sido esculpidas en la penumbra del silencio desde tiempos inmemoriales.

Siendo el preámbulo de las galerías que conforman El Nivel Inferior de la cueva y cuyo recorrido debido a su difícil acceso, solo se aconsejan realizar a personas con experiencia en expediciones espeleologías, o que presenten un buen estado de forma física. 


Compuesto por estrechas galerías el aventurero deberá sortear saltos de agua así como numerosos micro-lagos guiado únicamente por las indicaciones de su guía y la iluminación que le proporciona su frontal.

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El misterio de las 700 cuevas de Baviera


Fruto de la casualidad en 2.011 cuando un pastor hayo en uno de los muchos prados donde sus ovejas pastan, una sima a que en principio no dio mayor importancia. Fue una conversación en una  feria ganadera cuando descubrió que en su zona de influencia, la comarca de Dolberg perteneciente al estado alemán de Baviera se habían localizados numerosas de estas pequeñas cuevas que reciben el nombre en lengua vernácula de "Schrazelloch" ("agujero goblin") o "Alraunenhöhle" ("mandrake cueva").

Aunque apenas constancia de su existencia, los primeros antecedentes de la existencia de estas grutas en el subsuelo se remontan a las exploraciones documentadas por un monje, que respondiendo al nombre de Lambert Karner (1841-1909), era un sacerdote. Según sus registros, se arrastró a través de 400 bóvedas, iluminada sólo por el parpadeo de una vela.

Aunque el equipo de arqueologos y espeleólogos que llevan haciendo prospecciones en una extensa área aledaña a los Alpes austriacos y la frontera checa, habiendo localizado a día de hoy mas de 700 de estas oquedades. No saben a que función obedecen su existencia, no dudan de la intervención del hombre en su construcción.

Además 700 de estas cámaras se han encontrado  alrededor de 500 intervenciones que guardan en Austria guardando muchas similitudes con las que se han hallado en suelo alemán. Aunque una mayoría de los túneles presentan una distancia que oscila entre 20 y 50 metros de largo. Los pasajes más grandes son lo suficientemente angostos como para que la gente puede caminar a través de ellos en una posición encorvada.

Muchas galerías se conectan a los sitios de los antiguos asentamientos. Las entradas de los túneles a veces se encuentran en las cocinas de las antiguas casas de labranza, cerca de iglesias y cementerios o en el medio de un bosque. El ambiente en el interior es oscuro y opresivo. La exploración del sitio es una actividad pionera, la primera vez que una agencia arqueológica en Alemania está mostrando un interés en un fenómeno antiguo extremadamente inusual. 


Pequeños laberintos subterráneos se han encontrado en toda Europa, desde Hungría a España, pero no en la misma cantidad y en una misma área geográfica. Se especula con la hipótesis de que las cuevas fueron utilizadas como "cuarteles de invierno por las tribus teutónicas" o como mazmorras para los discapacitados. Habiendose encontrado útiles rituales y otros objetos que indican que en muchas de sus cuevas se han realizado actos de carácter litúrgico.

También se han realizado unos análisis de datación por radiocarbono, e indican que las galerías datan del 10 al siglo 13. Trozos de carbón recuperado de los túneles remonta su existencia al período entre el 950 y 1050 dC. Aunque se sospecha que algunos de los sistemas subterráneos fueron construidos hace unos 5.000 años, en el Neolítico. Aunque la principal teoría sostiene que la mayoría de los túneles se construyeron a lo largo de la edad media.