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E-Volo el primer volocopter eléctrico del mundo


El helicóptero como medio de transporte desde que los primeros modelos entraron en funcionamiento, ha sido un medio de transporte secundario. Cuya actividad se limita en gran medida a usos civiles.

Si su uso no esta mas extendido es entre otras causas, por su elevado consumo de combustible, y su nula capacidad para recorrer grandes distancias. Desarrollado por un equipo de ingenieros aeronáuticos entusiastas del helicóptero. El E-Volo es el primer prototipo cuyo funcionamiento es totalmente eléctrico.

Dirigidos por Thomas Senkel, Alexander Zosel y Stephan Wolf. Este primer prototipo cuyos únicos se remontan a cinco años atrás, ha sido galardonado con el primer premio en el concurso Lindbergh. Certamen organizado por la Fundación Lindbergh y cuya labor se centra en estimular la innovación, y promover avances significativos en la aviación sostenible.

El proyecto en el que se lleva invertido 2.000.000 millones de euros, ha dado un paso importantísimo con el diseño del modelo VC200. Al contrario que su antecesor el VC-1, realizado a pequeña escala siendo dirigido por control remoto por un operario desde tierra.

El VC-200, es un volocopter (como lo denominan sus creadores) es un vehículo compacto y autumatizado con capacidad para dos pasajeros. En cuyo primeros vuelos de prueba ha alcanzado los cien kilómetros de velocidad y los 6.500 pies de altura, consumiendo hasta un cincuenta por ciento menos que un aparato de combustible.

Equipado con un sistema de control automatizado, el piloto ya no tiene que preocuparse por las condiciones de vuelo. Siendo controlado a través de un ordenador de a bordo que trabaja en coordinación con los numerosos sensores de alta tecnología, que determinan su posición y las condiciones de vuelo.




Alain Delorme - A bird ballet


Las colonias de aves cuando están época de aparearse, antes suelen efectuar largas migraciones. Travesias cuyos prolegómenos pasan por un ritual que se suceden todas las estaciones. Y que consisten en agrupar en colonias los pajaros. Bandadas que llegan a estar formadas por decenas de miles de parejas. Que como parte de su cortejo dibujan en el aire sugerentes patrones de vuelo.

El fotógrafo francés Alain Delorme apostado en diferentes azoteas y en un alarde de paciencia ha capturado estas coreografías, congelando el momento preciso en que el ejercicio ejecutado alcanzaba su máximo momento de sincronización. Ofreciendo un espectáculo natural donde la acción del movimiento y el instinto de los ánades, cristalizan en cabriolas donde la inteligencia colectiva guían las diferentes trayectorias que ejecutan como si fueran consumados bailarines pertenecientes al ballet ruso del Bolshoi.

La serie de fotografías que forman A bird ballet y el vídeo en que lo completa. Combina la poesía visual y la bio-escultura orgánica reproduciendo caprichosas formas en el aire ocupando el espacio antes vació, redimensionando el paisaje con el volumen de las agrupaciones y su vuelo.